por Eduardo Gudynas – La destitución de Lucio Gutiérrez de la presidencia de Ecuador tiene implicaciones muy importantes en el escenario regional de América Latina. Aunque el hecho se acaba de consumar, es posible realizar algunas reflexiones preliminares que son necesarias por el contexto en que se ha dado este hecho.
La destitución de Gutiérrez ha sido la culminación de un creciente movimiento ciudadano, que logró avanzar por un delicado camino que apelaba a mantener el orden institucional, evitar un golpe de Estado y alentar la movilización popular de manera pacífica. Ese movimiento, que pasó a autodenominarse «de los forajidos» (burlándose así de las denuncias que partieron del entorno de Gutiérrez), logró alcanzar esas metas con éxito y ha dejado planteado varios asuntos de enorme importancia política que afectan a la inserción internacional de Ecuador.
Entre esas cuestiones es posible señalar algunas de las más importantes. En primer lugar se encuentra la negociación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, que Ecuador está realizando conjuntamente con Colombia y Perú. Las consecuencias del cambio presidencial ya son palpables en la IX ronda de negociaciones que esos países están celebrando en Lima (Perú). El jefe de la delegación ecuatoriana, Christian Espinosa, y el resto del equipo, abandonaron las sesiones de trabajo minutos después de conocerse la destitución de Gutiérrez. El futuro de la participación de Ecuador en esas negociaciones seguramente deberá ser revisado, en tanto esa demanda se repetía no sólo contra Gutiérrez sino contra el propio Congreso. Un cambio en la postura negociadora de Ecuador, o incluso el abandono de ese proceso, no sólo será un elemento sustantivo dentro de las opciones de desarrollo nacionales, sino que también impactará en las posiciones de los otros países.
Si se concreta un cambio de actitud frente al TLC los efectos más directos serán sobre los otros dos países andinos. Las opciones de alterar las negociaciones son muy reducidas para los colombianos por sus compromisos en otros terrenos como la seguridad, pero tendrá efectos mayores en Perú. Un cambio en la posición ecuatoriana podría fortalecer a los sectores peruanos que desean revisar o detener ese TLC. Incluso para Estados Unidos podría haber cambios, puesto que deberá replantearse cómo relacionarse con el nuevo gobierno ecuatoriano. Finalmente, la redefinición de las negociaciones de un TLC con Estados Unidos a su vez están asociadas a cómo se intente la relación dentro de América del Sur, y en especial con el Mercosur, lo que abre muchas oportunidades para explorar otras vías alternativas de comercialización.
Otra consecuencia sustantiva se refiere a que se abre la posibilidad de rediscutir el papel del sector petrolero. En varios países de la región se han ensayado por distintas posturas mucho más autónomas frente a las empresas transnacionales del sector de la energía, buscándose alternativas a un mero papel de pasivo exportador de petróleo (donde los ejemplos más recientes se encuentran en las exigencias que el gobierno de Néstor Kirchner plantea a las corporaciones residentes en Argentina). Cualquier cambio en la política ecuatoriana sobre hidrocarburos inmediatamente será comparada con los debates en marcha en países como Bolivia, Venezuela o Argentina, y a su vez, las nuevas medidas que esas naciones ensayan pueden servir de ejemplo para el nuevo gobierno. Especialmente en el Cono Sur se viene debatiendo la necesidad de crear una canasta común de energéticos y la integración regional energética está avanzando, basada en un fuerte comercio regional.
El nuevo gobierno también deberá enfrentar el peso de la deuda externa. De nuevo se abren dos caminos: uno basado en el continuismo, y que puede incluso inspirarse en las medidas brasileñas de autoimponerse exigencias aún mayores que las aplicadas por el FMI, o bien aprender de las lecciones de Argentina en transitar las oficinas de las instituciones financieras internacionales con mayor autonomía.
Finalmente, en este apretado resumen, es necesario subrayar que esta destitución tendrá un fuerte impacto político en la región, y especialmente en los países andinos. Esa región está viviendo momentos de inestabilidad, y son particularmente evidentes en el caso de Bolivia, donde los reclamos populares tienen varias similitudes con los que se han repetido en Ecuador. Por lo tanto, los cambios que se pudieran ensayar en Ecuador, y en especial aquellos que brinden un nuevo protagonismo político a los grupos postergados, en especial los indígenas, tendrán fuertes resonancias en Bolivia. En ese sentido, mientras este cambio presidencial se mantenga dentro de los marcos constitucionales y bajo movilizaciones pacíficas, su importancia se redobla. La forma en que se concrete la transición gubernamental y el posicionamiento de los sectores sociales no sólo tendrá efectos dentro de Ecuador sino que tiene potencialidades demostrativas enormes en los países vecinos, tanto ofreciendo ejemplos de caminos a seguir como de procedimientos a evitar.
Si los cambios se suceden en Ecuador y dentro de poco en Bolivia, es evidente que los efectos sobre Perú serán manifiestos, lo que explica los diferentes análisis que en estos días se suceden sobre la «regionalización» de conflictos o cambios políticos. Los demás países de la región, y en particular Brasil, miran con detenimiento esta problemática, y habrá que ver cómo se posicionan unos y otros (donde no es un tema menor determinar con exactitud si alguno de estos países otorgarán asilo político a Gutiérrez).
Este breve comentario sólo apunta algunas líneas sobresalientes, y fue elaborado mientras en las oficinas de CLAES se seguía en directo la situación en Ecuador gracias a diferentes amigos y medios de prensa, pero en especial a las transmisiones en internet de Radio La Luna. Las últimas jornadas han estado cargadas de emoción por todo lo que se jugaba en las calles, pero también por los recuerdos de mi participación en entrevistas en el estudio de esa radio, por las evocaciones a personas, avenidas e instituciones que conozco personalmente. Por esas y por muchas otras razones, todos estamos mirando con atención lo que en estos momentos está sucediendo en Ecuador.
E. Gudynas es analista de información en D3E (Desarrollo, Economía, Ecología, Equidad América Latina). Publicado en La Insignia el 21 de abril del 2005.