Colombia: El fantasma de la parapolítica

Colombia: El fantasma de la parapolítica

por Carlos Córdoba Martínez – Colombia cerró el 2006 con la nada agradable noticia de que se hacen públicas cada vez más las relaciones entre el paramilitarismo y la política. Hace cuatro años circuló un rumor de que los paramilitares dominaban el 30% del Congreso de la República, cifra que a todos nos pareció desmedida. Con la desmovilización de los paramilitares, que en principio eran 11 mil hombres pero que nadie entiende como hasta el momento se han desmovilizado 40 mil y al parecer todavía faltan, comenzaron a salir a flote informaciones de relaciones en algunos municipios de la costa entre paramilitares y gobiernos locales.

Eso no es raro, la democracia local en Colombia ha sido una de las victimas más grandes del conflicto armado, muchos alcaldes terminan siendo instrumento, por voluntad o temor, de la guerrilla o del paramilitarismo, y lo que es peor, los fiscos municipales terminan poniéndose al servicio de esas causas.

Pero con el tiempo la cosa se fue poniendo más complicada. Las confesiones de los cabecillas y algunos mandos medios de los paramilitares comenzaron a involucrar a parlamentarios, la mayoría de ellos de los partidos que apoyan al Presidente Uribe, e incluso a algunos funcionarios del actual gobierno nacional. La Fiscalía inició las investigaciones y hoy se encuentran vinculados más de diez parlamentarios, incluyendo el hermano de la Canciller, que según se especula fungía de “Canciller” y relacionista público de “Jorge 40” uno de los paramilitares más temidos y con mayores vinculaciones con el narcotráfico. Este Senador en un ataque de desespero llegó a afirmar que si él se caía también caerían su hermana y el Presidente de la República.

Lo cierto es que pueden salir a flote relaciones con paramilitares de más de 30 o 40 congresistas y algunos otros miembros del gobierno. Hoy a los colombianos no nos cabe duda de que buena parte del Congreso como el Gobierno Nacional están infestados por vínculos con paramilitares. Lamentablemente el Presidente ni se inmuta con estos acontecimientos y prefiere siempre responder con evasivas, o volver a contar el cuento rosa de cómo él logró sacar 40 mil hombres de la guerra –vale la pena anotar que un importante número de desmovilizados pertenecen ahora a delincuencia común o se han reorganizado y rearmado en varias partes del país. Hay tanta preocupación entre el mundo político que se ha iniciado una serie de asesinatos de mandos medios desmovilizados del paramilitarismo que tienen información valiosa, algunos medios de seguridad afirman que es obra de la guerrilla, pero no se descarta una confluencia parapolítica para callar a estos personajes.

Lo cierto es que nos falta mucho por conocer de cómo el fenómeno paramilitar puede destruir la democracia en Colombia, pero que lamentablemente durante el 2007 seguiremos siendo testigos mudos de las impunidades, no sólo de las masacres ya cometidas sino de la legalización de las rentas paramilitares que van desde las tierras robadas a miles de campesinos hoy desplazados, hasta la cooptación de empresas de salud, ganaderas y otras actividades que los van a mostrar como una macondiana pero real clase empresarial emergente de prohombres que ¡nos van a ayudar a salvar la patria!.

C. Córdoba Martínez, es colombiano, graduado en filosofía y especialista en desarrollo regional. Publicado en el semanario Peripecias Nº 30 el 10 de enero de 2007.