Lo exitoso de la política exterior de Brasil es su capacidad negociadora ampliada

Durante su participación en el seminario internacional “Integración y Desarrollo Sustentable, la nueva geografía de los recursos, la economía y el poder”, realizado en Montevideo en el corriente 2005, el economista brasileño Luiz A. Estrella Faria conversó con CLAES sobre algunos aspectos de la economía brasileña actual. Entrevista de Paola Visca.

En la presentación que realizara en el Seminario de Integración y Desarrollo Sustentable usted sostuvo que el gobierno brasilero busca revivir el sistema multilateral de comercio, y que a la vez, tiene como prioridad el fortalecimiento del MERCOSUR. ¿Cómo se articulan ambas estrategias, lo multilateral con lo regional?

La dificultad de la política exterior de Brasil atraviesa en este momento ese dilema. Brasil intenta ser un participante de alguna importancia en la arena multilateral, por eso quiere un asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por eso tuvo un candidato en la Organización Mundial de Comercio (OMC) pero al mismo tiempo Brasil sabe que Sudamérica es su garantía, su base y ahí está el problema. Brasil se cree el heredero de la representación de Sudamérica porque somos el mayor país, pero eso no es tan así y tiene alguna dificultad por esa pretensión, de conseguir el apoyo de los vecinos en este movimiento multilateral.

Por otro lado, también pienso que Brasil en el escenario regional tampoco asume la posición que quiere tener, el liderazgo, porque muchas veces al líder le toca pagar las cuentas. O sea, es el que debe conceder en las negociaciones un poco más que los otros. Brasil no tiene mucha facilidad de hacer concesiones. Brasil piensa por ejemplo, que si hace alguna concesión a los industriales argentinos eso ya implica pagar las cuentas y no es así. No es suficiente.

Con respecto al éxito de la política exterior brasileña -que usted mencionaba en su ponencia- con relación a los demás ámbitos de la política de Brasil: si los temas de la agenda latinoamericana no se concretan por los problemas de la política exterior del país, ¿cómo podría considerarse exitosa, entonces?

Yo pienso que lo exitoso de la política exterior de Brasil es justamente una capacidad negociadora ampliada, y para eso los vecinos de Sudamérica y del MERCOSUR son fundamentales. Por ejemplo la posición negociadora del MERCOSUR en bloque, tanto con la OMC, con el ALCA, como con la Unión Europea, son una afirmación de esa posición de Brasil. Y Brasil, muy recientemente tenía una política muy flexible, muy seguidora de lo que los norteamericanos le proponían. La política exterior de Brasil es como un péndulo: hay momentos de autonomía y otros momentos de vinculación a Estados Unidos. Fernando Henrique fue un momento de vinculación con los Estados Unidos y el gobierno actual un momento de más autonomía.

Las alianzas Sur-Sur, los acuerdos con África, India o China … ¿son ejemplos de eso?

Sí. Se relaciona también con eso de identificarse con otros países del sur, de volver a tener una política para África, porque Brasil tuvo una política para el continente africano en los gobiernos militares, por increíble que sea. Brasil por ejemplo apoyó los nuevos países de las antiguas colonias portuguesas de África, en el momento del gobierno militar. Y eran movimientos de izquierda los que se establecían allá, pero los gobiernos militares brasileros los apoyaron porque miraban a África como un espacio para la política exterior de Brasil.

¿Ese era el único objetivo que perseguían los gobiernos de aquel momento en Brasil al apoyar los gobiernos de los nuevos países africanos?

Brasil en aquel momento estaba en una situación de autonomía de su política exterior, entonces quería alejarse de EE.UU. y de Europa. Y quería acercarse a los no alineados, a los países del tercer mundo. Incluso en aquel momento por una necesidad vital que era el petróleo, porque Brasil no lo producía en aquellos años, y tenía que importarlo todo, entonces África y los países árabes eran fundamentales para Brasil.

Respecto del alto superávit fiscal que ha alcanzado Brasil en los últimos tiempos: ¿es una situación sostenible?¿Cómo afecta esto al desarrollo del país?

El costo del superávit fiscal es el bajo crecimiento. Si es sostenible … Brasil probó que sí, porque la carga tributaria nacional subió increíblemente. En principio de los noventa la carga tributaria era de 26, 27% del Producto Bruto Interno (PBI), hoy está en 36%. Es casi 10 puntos porcentuales más, un incremento tremendo. A costa de un mercado interno reducido y esto combinado con el estancamiento de los ingresos laborales y el aumento del desempleo, se produce la situación actual de estancamiento. Brasil tuvo un momento de crecimiento desde principios de los ochenta que tiene que ver con las exportaciones. A la mitad de los noventa creció con las exportaciones y hoy otra vez el crecimiento importante del año pasado de casi el 5% fue fundamentalmente por las exportaciones. Pero ya no es lo mismo este año, el crecimiento empezó a caer. En parte por el efecto la política fiscal muy dura y monetaria que subió la tasa de interés casi al 20%. Por otro lado la reevaluación del tipo de cambio hace más difícil las exportaciones para Brasil.

El aumento de las exportaciones tiene mucho que ver con el corrimiento de la frontera de la selva que se utiliza para el cultivo de soja y producción de carne.

Sí. Una parte importante de las exportaciones de Brasil la constituyen la soja y la también la carne. Brasil es el mayor productor de carne del mundo y eso se hace en contra de la selva.

¿Y que va a pasar con ese “equilibrio” económico – ambiental? ¿Qué va a pasar cuando se agote la expansión de la frontera, con el aspecto ambiental y con el sector exportador también?

Existe un tema económico y ambiental importante. Pero yo creo que hay dos salidas: la primera es que Brasil tiene una investigación científica sobre el agro importante, que hacen por ejemplo que aparezcan semillas de mejor productividad, entonces es posible continuar ampliando la producción sin continuar ampliando el área. Y por otro lado, hay una tentativa de retomar la política industrial que permitiera que una tendencia que fue de los años 80, de que la pauta exportadora de Brasil cambiara a favor de los productos industriales y que se estancó en los 90 pudiera retornar, que el crecimiento de las exportaciones se dé bajo productos industriales. Hoy por ejemplo Brasil está exportando muchos coches que antes producía casi exclusivamente para el mercado interno o para el MERCOSUR, hoy exporta coches para otros mercados, cosa que nunca había ocurrido antes, así como aviones.

O sea, esa es una manera de ayudar a la sustentabilidad ambiental …

Sí, claro. Pero todavía el gobierno tiene una política muy ambigua porque por un lado, apoya por ejemplo la demanda de los indígenas para que demarquen sus tierras, para que preserven sus reservas y todo eso; pero por otro, no hace nada para disminuir la invasión del agro sobre la Amazonia. Del mismo modo que por ejemplo no preservó la investigación agropecuaria nacional permitiendo que los transgénicos producidos en EE.UU. ingresaran a Brasil.
P. Visca es analista de información de CLAES – D3E (Desarrollo, Economía, Ecología, Equidad – América Latina).