Hacia dónde va la democracia en América Latina?

Hacia dónde va la democracia en América Latina?

por Carlos Hugo Molina – La pregunta de la década de los 90 fue: “¿cuánto de marginalidad podrá soportar la democracia en América Latina?”. Si ponemos en valor los titulares de los medios y el comportamiento de varios colectivos en nuestro continente, la pregunta de esta década podría ser: “¿cuánto de corrupción y de exclusión de los jóvenes podrá soportar la democracia en América Latina?”. Guatemala da la respuesta, pero no es la única.

La necesidad de disminuir la ansiedad frente al futuro generó en ciencias sociales la construcción de “escenarios” que, combinando las variables posibles, pudieran identificar el comportamiento previsible de los actores y sus conductas, para adelantarnos en las posibilidades.

Nuestra preocupación es legítima, cuando comprobamos que al arrancarles la democracia a los gobiernos autoritarios de corte militar, se complicó cuando debemos ejercerla en escenarios abigarrados y complejos, con gobiernos emergidos de las urnas, con división formal de poderes, pero con una lista larga de insatisfacciones.

¿Cómo lograr resultados que nos ayuden a descifrar los posibles caminos, deseables y no, sobre los que puede discurrir nuestra vida colectiva? En este esfuerzo, hemos construido un instrumento que busca dar a conocer los escenarios posibles para la comprensión de públicos sensibles, generando múltiples voces de alerta sobre los riesgos y oportunidades de la democracia, que alienta la reflexión profunda, el debate democrático y la acción política estratégica, respetando las diferencias existentes en cada país en razón de contextos y realidades distintas.

Estos “escenarios” buscan despertar la curiosidad y el interés de obtener mayor información, compartir el material con otros ciudadanos y contribuir con la difusión de las ideas, además de activar la necesidad de repensar el proceso y la democracia en sí a la luz de los escenarios encontrados.

Un heterogéneo grupo de 37 lideresas y líderes latinoamericanos unidos por su convicción democrática, trabajó en la construcción de los escenarios posibles para el periodo 2015-2030. Los escenarios reflejan resultados diferentes, considerando las variables de estructuras de poder, integración regional, instituciones democráticas y cultura política, participación ciudadana y desarrollo económico e inclusión social. Han sido denominados por su elemento de mayor relevancia y expresan lo que estamos viviendo en nuestro continente. Hay materia para mantener el optimismo y para preocuparnos.

La democracia en transformación: Es el escenario del fortalecimiento de la democracia en la región y de la innovación institucional, experimentando una demanda generalizada para el replanteamiento de las instituciones democráticas, superando progresivamente los problemas estructurales apremiantes. En este escenario, algunos países demuestran que sí es posible superar gradualmente inercias estructurales que hasta ahora habían impedido reducir la desigualdad y la violencia, y lograr que las organizaciones fundamentales del Estado representen de forma genuina los intereses de una sociedad diversa.

La democracia en tensión: Es el escenario de la democracia en apariencia, de la tensión y las disputas de poder entre diversas fuerzas políticas y económicas, y de la frustración ciudadana. Predominan las lógicas inerciales de concentración o de reconcentración del poder político y económico en una región marcada por una cultura política caudillista, clientelar y con resabios autoritarios. La democracia en la región ha perdurado, pero muy pocos están satisfechos con las formas en que lo ha hecho.

La democracia en movilización: Es el escenario de la movilización, la presión y la creatividad popular frente al poder tradicional. La movilización social consolida su capacidad de interpelar a la democracia y comienza paulatinamente a promover transformaciones. La comprobación de que las acciones individuales y colectivas de la sociedad, más allá de la acción del Estado, generan cambios sociales puntuales que, de articularse, pueden convertirse en transformaciones de escala para solucionar problemas públicos, renueva el modelo democrático tradicional.

La democracia en agonía: Es el escenario de la violencia, el miedo, la sensación de derrota y el secuestro de la democracia. La democracia se ve apropiada en buena parte por la influencia depredadora del comercio ilícito que prevalece sobre la acción del Gobierno o convive con ella. La corrupción se consolida como el modus vivendi de políticos, empresarios y criminales por igual, que viven y prosperan a la sombra del Estado. Tres lustros de violencia consolidan territorios fuera del control de los Estados nacionales y algunos Estados fallidos que la comunidad regional e internacional solo trata de contener. El destino común de las democracias de la región está en vilo.

Considerando la importancia de este análisis, se lanzará la “Alerta democrática: cuatro escenarios futuros para la democracia en América Latina 2015-2030”, el 28 y 29 de septiembre, en Santa Cruz de la Sierra; la actividad tendrá la participación de diez miembros del Equipo Internacional de Escenarios, además de personeros políticos de los gobiernos central, departamentales y municipales, analistas, académicos, investigadores y comunicadores nacionales, para dialogar, bajo una metodología participativa, sobre los escenarios y validarlos para el contexto nacional.

La actividad busca generar una práctica permanente, catalizar el pensamiento estratégico y la conversación abierta y reflexiva entre las y los latinoamericanos en torno a los posibles futuros de la democracia, así como sobre las oportunidades, riesgos y opciones que dichos futuros plantean. Los escenarios no son predicciones, no son propuestas, son historias que describen posibles caminos hacia el futuro y que nos ayudan a pensar y conversar sobre nuestra realidad actual.

El punto de partida nos lleva a reconocer que el dinámico periodo de crecimiento económico está llegando a su fin, y aunque la democracia predomina, se encuentra aún consolidando sus raíces en un proceso que está lejos de ser irreversible. El fortalecimiento de la democracia exige instrumentos y liderazgos que puedan responder a los apremiantes retos sociales, económicos, políticos y ambientales, reconociendo que las instituciones democráticas en Latinoamérica son jóvenes, todavía maleables y existe un alto grado de incertidumbre sobre cómo evolucionarán para poder enfrentar los retos del siglo XXI.

Aparecen muchas preguntas relevantes: ¿Qué oportunidades, riesgos y retos presentan estos escenarios para nosotros como individuos, organizaciones, movimientos, comunidades y país? ¿A cuáles fuerzas, indicadores o señales de alerta en nuestro contexto necesitamos ponerles atención? ¿En qué posición quisiéramos estar ubicados para cada uno de los escenarios? ¿Sobré que necesitamos pensar y qué necesitamos hacer ahora?

El Informe de Escenarios que será compartido y difundido, ofrece una innovadora plataforma para el diálogo y la acción, y establece los resultados posibles que podremos esperar en 2030 a partir de nuestras acciones u omisiones actuales.

 

C. H. Molina es un destacado analista boliviano; publicado originalmente en Animal Político, La Razón (Bolivia), 20 setiembre 2015.